Durante una visita al Instituto Psiquiátrico de Leganés, la ministra de sanidad le preguntó al director qué criterio se usaba para definir si un paciente debería o no ser internado.
– “Bueno” – dijo el director – “hacemos la prueba siguiente: llenamos una bañera de agua, luego ofrecemos al paciente una cucharita, una taza y un cubo y le pedimos que deje la bañera totalmente vacía.
En función de cómo lo haga, sabemos si hay que internarlo o no”.
– “¡Ah! Entiendo” – dijo la ministra.- “Una persona normal usaría el cubo porque es más grande que la cuchara y la taza”.
– “No, no”- dijo el director. – Una persona normal quitaría el tapón de la bañera.