Ricardo Vidal López 14 febrero, 2013

Dos hombres que se movían muy rápido en un supermercado se chocan con sus carritos. Uno le dice al otro:

– Perdóneme; es que busco a mi señora. 
– ¡Que coincidencia, yo también!, ya estoy  desesperado.
– Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?
– Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, una figura preciosa, en fin muy bonita…….¿y la suya?
– Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya.