“Los viajes de Gulliver”, escrito por Jonathan Swift y publicado en 1726, es mucho más que un relato de fantásticas aventuras. A menudo clasificado como literatura infantil por la imaginación desbordante que refleja y las criaturas que presenta, Swift escribió esta obra con un objetivo mucho más serio: presentar una crítica mordaz a la sociedad de su tiempo y a la naturaleza humana en general. La novela, estructurada como un libro de viajes, sigue al protagonista -Lemuel Gulliver- en sus aventuras por tierras ficticias, cada una cargada de simbolismos que representan los vicios y defectos del ser humano.

Jonathan Swift, nacido en Dublín en 1667, fue uno de los grandes maestros de la prosa en lengua inglesa. A lo largo de su vida cultivó una visión profundamente crítica del ser humano, la política y las instituciones. Era clérigo anglicano y, además, un polemista incansable que utilizó la sátira para exponer las injusticias y la estupidez humana. “Los viajes de Gulliver” es su obra más conocida, una sátira feroz disfrazada de relato de aventuras, que le permitió mostrar su descontento con la sociedad en el siglo XVIII.

Swift escribió la novela en un contexto de expansión del Imperio Británico y auge de los relatos de viajes, un género popular en su tiempo. A través del ingenioso uso de esta forma literaria, Swift logró exponer las preocupaciones políticas, sociales y morales de su época, al tiempo que incorporaba una reflexión más amplia sobre la condición humana.

La novela se divide en cuatro partes o viajes. En cada uno de ellos cuales Swift representa una alegoría de una sociedad diferente y un aspecto particular de la naturaleza humana que deseaba criticar. Desde las pequeñas intrigas políticas de los liliputienses hasta el extremismo racional de los Houyhnhnms, “Los viajes de Gulliver” navega por una amplia gama de temas que abarcan desde la política y la ciencia hasta la moralidad y la razón.

En el primer viaje, Gulliver naufraga en Lilliput, un país habitado por personas diminutas, donde él es un gigante. Aunque los liliputienses son físicamente pequeños, sus conflictos son grandes. Este país está en guerra con Blefusco, una nación vecina, debido a diferencias triviales sobre cómo cascar un huevo, una sátira evidente de los conflictos religiosos y políticos de la Europa de la época, en particular entre Inglaterra y Francia.

La pequeña estatura de los liliputienses es una metáfora de su mezquindad moral y su ambición desmedida. A través de ellos, Swift critica las disputas políticas que, a pesar de parecer insignificantes, causan grandes estragos. Los gobernantes liliputienses, presentados como figuras vanidosas y autoritarias, son una burla directa a las monarquías europeas.

El segundo viaje lleva a Gulliver al país de Brobdingnag, habitado por gigantes. Aquí, el papel de Gulliver cambia radicalmente, pasando de ser el gigante en Lilliput a convertirse en una criatura minúscula. Los gigantes de Brobdingnag, aunque físicamente imponentes, son moralmente simples y benévolos, y ven a los europeos, incluidos sus sistemas políticos y sociales, como degenerados y corruptos.

El contraste entre la pequeñez de Gulliver y la grandeza física de los brobdingnagianos permite a Swift continuar su crítica de las instituciones europeas. La conversación entre Gulliver y el rey de Brobdingnag destaca esta crítica: cuando Gulliver le describe las guerras, la política y el sistema legal europeo, el rey responde con desdén, llamando a los europeos “la raza de odiosos bichillos más perniciosa que la Naturaleza haya nunca permitido que se arrastre por la superficie de la tierra”. Este juicio refleja el propio desprecio de Swift hacia los excesos del poder y la política de su época.

El tercer viaje es una sátira sobre la ciencia, la filosofía y la academia. Gulliver llega a la isla flotante de Laputa, habitada por estudiosos y filósofos que están completamente absorbidos por sus teorías abstractas. Aunque se dedican a las matemáticas, la música y la astronomía, son incapaces de aplicar su conocimiento de manera práctica, lo que los convierte en figuras ridículas e inútiles.

Laputa es una clara sátira de la Royal Society y la obsesión de algunos intelectuales de la época por las ciencias y las teorías sin aplicaciones prácticas. Swift critica aquí no solo el progreso científico desenfrenado, sino también la desconexión de los académicos con la realidad cotidiana. En Balnibarbi, los experimentos científicos son llevados al extremo: los académicos intentan hacer cosas tan absurdas como extraer rayos de sol de los pepinos o ablandar el mármol para usarlo como almohada.

Este viaje también incluye la visita a la isla de Glubbdubdrib, donde Gulliver tiene la oportunidad de conversar con los espíritus de figuras históricas como Aristóteles y Alejandro Magno. A través de estas conversaciones, Swift indaga sobre la historia y la forma en que los humanos tergiversan y mitifican a sus héroes pasados.

El último viaje es el más oscuro y filosófico de la novela. Gulliver llega al país de los Houyhnhnms, una sociedad de caballos racionales que han creado una utopía basada en la razón y la lógica. Los Houyhnhnms representan el ideal racional que Swift contrasta con los Yahoos, seres humanos degenerados y gobernados por sus instintos más bajos.

Esta sección de la obra presenta una crítica devastadora de la humanidad. Swift sugiere que los seres humanos, al igual que los Yahoos, son intrínsecamente viciosos y corruptos. A medida que Gulliver se asimila a la sociedad de los Houyhnhnms, llega a despreciar a los seres humanos, incluidos su propia familia y su nación. Al final, Gulliver está tan extrañado de su propia especie que, al regresar a Inglaterra, evita el contacto humano y prefiere la compañía de los caballos.

La ironía es una herramienta fundamental en la obra de Swift. A lo largo de la novela, Gulliver es presentado como un narrador ingenuo que toma las palabras y acciones de los habitantes de los países que visita al pie de la letra. Esta ingenuidad permite a Swift desplegar su arsenal satírico de manera sutil. Por ejemplo, cuando describe las absurdas disputas políticas de los liliputienses el lectoe capta rápidamente la alusión a las disputas europeas contemporáneas. Del mismo modo, la irracionalidad de los académicos de Laputa sirve para acentuar la crítica de Swift hacia la desconexión entre la teoría y la práctica en las ciencias.

Uno de los aspectos más interesantes de “Los viajes de Gulliver” es la evolución del propio Gulliver. Al comienzo del libro, Gulliver es un hombre optimista y abierto a nuevas experiencias, dispuesto a aprender de las sociedades que visita. Sin embargo, a medida que avanza la narración, su perspectiva se vuelve cada vez más amarga y aislada. Tras convivir con los Houyhnhnms, Gulliver regresa a Inglaterra profundamente desilusionado con la humanidad y prefiriendo la compañía de los caballos.

Este cambio en el carácter de Gulliver refleja la visión cada vez más pesimista de Swift hacia la humanidad. Mientras que en los primeros viajes Gulliver parece tener esperanzas de que el ser humano pueda corregir sus defectos, al final del cuarto viaje, esa esperanza se ha desvanecido por completo.

“Los viajes de Gulliver”, aunque escrito en el siglo XVIII, mantiene como actuales sus críticas a la política, la ciencia y la naturaleza humana. A pesar de la fantasía que envuelve a la narrativa, esta novela supone una profunda y perturbadora reflexión sobre la humanidad, que nos invita a cuestionar normas sociales y morales que aceptamos como incontestables. Como cualquier gran obra literaria, “Los viajes de Gulliver” no solo entretiene, sino que también es una incitación a la reflexión.