El Canal de Suez, ubicado en Egipto, es uno de los chokepoints más críticos para el comercio global. Su importancia geopolítica y económica lo convierte en un punto estratégico para la navegación internacional, afectando el tráfico de mercancías entre Europa, Asia y el resto del mundo. Desde su inauguración en 1869, el canal ha sido una pieza clave en la red global de rutas marítimas.
El Canal de Suez es una vía artificial que conecta el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo, acortando significativamente el tiempo de tránsito entre Europa y Asia sin la necesidad de circunnavegar África. Con una longitud de aproximadamente 193 kilómetros, es considerado una de las rutas más importantes del mundo para el transporte marítimo. Esta importancia se ha mantenido constante desde su creación, siendo utilizado por alrededor del 10-12% del comercio mundial.
Históricamente, el control del Canal de Suez ha sido objeto de disputa entre grandes potencias. Durante la crisis de Suez en 1956, el canal fue nacionalizado por Egipto, lo que provocó un conflicto internacional -la Guerra del Sinaí- que enfrentó a Egipto con una coalición entre Francia, el Reino Unido e Israel. Esta crisis subrayó la importancia del Canal no solo para el comercio global, sino también como un activo estratégico que puede influir en la política internacional.
Un chokepoint es un punto de paso donde el flujo de tráfico puede ser controlado o restringido. En el caso del Canal de Suez, hablamos de un punto crítico que maneja una parte muy importante del comercio global, y esto lo convierte en una pieza clave para la economía mundial. Un gran número de barcos cruzan el canal a diario, transportando petróleo, gas natural, productos manufacturados y bienes de consumo.
El canal es particularmente importante para el transporte de petróleo y gas natural. Aproximadamente el 9% del comercio global de crudo pasa a través de Suez, junto con un porcentaje similar de gas natural licuado (GNL). Cualquier interrupción en el tráfico a través del canal puede tener un impacto inmediato en los precios mundiales de la energía, como quedó de manifiesto durante el incidente del Ever Given en marzo de 2021, cuando un enorme buque portacontenedores encalló y bloqueó el paso durante varios días.
A pesar de su importancia estratégica, el Canal de Suez es un punto vulnerable que puede ser afectado por una variedad de factores, desde problemas técnicos hasta tensiones políticas y conflictos regionales.
El canal ha sido escenario de múltiples incidentes a lo largo de los años. Durante las guerras árabe-israelíes fue cerrado en varias ocasiones, lo que interrumpió el tráfico marítimo y afectó la economía mundial. Más recientemente, como se ha comentado arriba, el incidente del Ever Given vino a demostrar cómo un accidente puede incidir muy negativamente en el comercio mundial, con pérdidas estimadas en miles de millones de dólares. Durante el tiempo en que el canal estuvo bloqueado, más de 400 barcos quedaron varados, lo que provocó retrasos en las cadenas de suministro e incrementó el coste del transporte.
La seguridad del Canal de Suez ha sido y es una preocupación constante para Egipto y la comunidad internacional. El canal se encuentra cerca de regiones inestables, como el Cuerno de África y Oriente Medio, lo que aumenta el riesgo de ataques terroristas o acciones militares que podrían interrumpir su funcionamiento.
Egipto ha tomado medidas para aumentar la seguridad en el canal, estableciendo zonas de control militar a lo largo de su trazado y cooperando con aliados internacionales para monitorizar posibles amenazas. Sin embargo, la seguridad marítima sigue siendo un reto para la región. La piratería en el cercano Mar Rojo y Golfo de Adén o los conflictos en Yemen son un riesgo constante para la seguridad del tráfico marítimo en el Canal de Suez.
Una interrupción prolongada en el Canal de Suez tendría, desde luego, graves consecuencias para la economía mundial. Debido a que el canal reduce drásticamente el tiempo de tránsito entre Europa y Asia, un bloqueo obligaría a los barcos a tomar la ruta más larga alrededor del Cabo de Buena Esperanza en el sur de África, incrementando tanto el coste del transporte, como los plazos de entrega.
Además de estos impactos directos en las cadenas de suministro globales también los precios de las materias primas se verían afectados, en particular el petróleo y el gas natural. Como se ha comentado anteriormente, una parte significativa del crudo y del GNL pasa por el canal, por lo que cualquier alteración podría hacer que los precios de la energía se incrementen, afectando tanto a los mercados desarrollados como a los emergentes.
Egipto reconoce la importancia de modernizar el Canal de Suez para aumentar su capacidad y reducir el riesgo de futuros bloqueos. De hecho, en 2015, se completó una importante ampliación del canal, que incluyó la creación de un canal paralelo.
El Canal de Suez es uno de los chokepoints más importantes del mundo, podríamos decir, sin miedo a exagerar, que es vital para el comercio global y la seguridad energética.