William Thackeray: “Si no habéis sido cándidos alguna vez, es difícil que lleguéis a ser hombres avisados”.
El viudo Lovel.
William Thackeray: “Si no habéis sido cándidos alguna vez, es difícil que lleguéis a ser hombres avisados”.
El viudo Lovel.
Luis Buñuel: “Nada me parece tan despreciable como esa proliferación de palabras mal sonantes que desde hace varios años se observa en las obras y las charlas de nuestros escritores. Esta pretendida liberalización no es más que una vil adulteración de la libertad”.
Mi último suspiro.
Baltasar Gracián: “… saber poco y arriesgarse es voluntario precipicio”.
Oráculo manual y arte de prudencia.
Antonio Machado: “Claro es que en el campo de la acción política, el más superficial y aparente, sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”.
Juan de Mairena.
Fernando de Rojas: “Porque a quien dices el secreto, das tu libertad”.
La Celestina.
Antonio López Campillo: “(…): no es necesario creer en dios para dar de comer al hambriento”.
Curso acelerado de ateísmo.
David Herbert Lawrence: “… no me gusta la gente sentimental, con un montón de emociones llorosas por arriba y otro montón de emociones nauseabundas por debajo”.
Fantasmas gozosos.
Pío Baroja: “… se enzarzaron en una estúpida discusión de amor propio regional, de esas tan frecuentes en España”.
Zalacaín el aventurero.
Gaspar Melchor de Jovellanos: “Si las lágrimas son efecto de la sensibilidad del corazón, ¡desdichado de aquél que no es capaz de derramarlas!”.
El delincuente honrado.
John Steinbeck: “…, la dignidad de un hombre no está en sus hábitos”.
El caballero de las dos espadas.