Parece que Izquierda Unida, que no debe tener nada mejor que hacer, critica por boca un parlamentario andaluz que el Obispo de Córdoba haya visitado algunos colegios, calificando estos hechos como “escandalosos” y un repugnante recuerdo de “deleznables épocas pretéritas”. En algún foro de la prensa he leído un comentario de algún ilustrado que pide la dimisión del obispo por franquista. Pero con ser esto de una gravedad extrema, como bien se ve, se da aun un hecho peor, y es que algunos niños que no cursan Religión Católica “han tenido que ver” al Obispo. No se yo si podrán recuperarse de tan horrenda impresión.
Y mientras en Córdoba Izquierda Unida reanuda la lucha antifranquista en Sevilla el compañero mariscador ha sido imputado hoy en el caso de venta de suelos de Mercasevilla. Seguro que esto es un contraataque de la Iglesia para debilitarles el flanco.
La Ministra de Sanidad y Todo lo Demás, mi Leire, ha dicho que ha sentido una “profunda emoción” al escuchar a Zapatero decir que no se volvería a presentar a las elecciones. Y yo. Y los 4 millones y pico de parados. Ha publico un articulillo en el periodiquillo amiguillo, Público, en el que defiende la “política de las emociones”. Grandioso artículo. No he conseguido superar el tercer párrafo.
Y mientras Bibiana Aido, la Omitida, se nos va en un rato a Namibia, con no se quién, a hacer no se qué, que es muy importante.
Y claro, hablando de mangurrinismo político, y con los datos del paro recién salidos del horno hay que decir algo del chico que administra el asunto, Valeriano Gómez, sindicalista de pro y ministro de Trabajo: a partir de ahora “habrá seis meses buenos para el empleo”.
Como en el fondo la política es la misma que se venia haciendo, mientras Gómez dice esto, Salgado, la de la pasta, dice que el paro subirá 5 décimas más de lo previsto. Y el amigo Zapa, el de la nube, el que no se entera de nada, dice otra vez que para el segundo semestre. El día 9 de marzo dijo que ya en este mes empezarían a verse mejores datos del paro. Tiro al palo, como siempre. En La Razón he visto un titular que decía “Las enfermedades sexuales, una amenaza creciente”. Y me pregunto: ¿Qué nos hinchen los cojones es una enfermedad sexual?