Pedro Calderón de la Barca:
“(…)
porque de los infelices
aun el mérito es cuchillo;
(…)”.
La vida es sueño.
Pedro Calderón de la Barca:
“(…)
porque de los infelices
aun el mérito es cuchillo;
(…)”.
La vida es sueño.
Erasmo de Rotterdam: “¡Cómo si el ser otra cosa de lo que se es no fuera ya una especie de muerte!”.
Elogio de la locura.
Un día un pordiosero, un hombre al que a simple vista se notaba que la vida había castigado material y espiritualmente y al que parecía que no le podía ir peor, se acercó a la ventanilla de un lujoso automóvil detenido en un semáforo y ocupado por un elegante y próspero caballero y se entabla el siguiente diálogo:
Francisco de Quevedo: “… conciencia de mercader es como virgo en cotorrera, que se vende sin haberle”.
Vida del Buscón.
François de La Rochefoucauld: “La hipocresía es un homenaje que tributa el vicio a la virtud”.
Reflexiones y máximas morales.
La mitad del socialismo andaluz ha quedado petrificado como Niobe ante el anuncio del colapso griñanista. Oiremos interminables palinodias ante el enemigo caído, mientras indoctos jefes de escuadra, ruidosos como los calderos de Dodona, pondrán ojitos a las cámaras y loarán la figura y talla política del dux menguante. Los mismos que, practicantes de la mortificación ajena, perorarán sin freno, sin medida, sin sentido, sobre las copiosas y exuberantes virtudes de está nueva Cleopatra sevillana que se las habrá de ver y entender con sus propios Julio César y Marco Antonio. La nueva faraona del progresismo andaluz traerá bajo el brazo no un pan, sino un plan, majestuoso a buen seguro, con el que sujetar al “dómito” Valderas.
Henrik Ibsen: “Solo quería decir que me asusta la inmensa suciedad de que han sido culpables las personas que ostentan el poder”.
Un enemigo del pueblo.