Por culpa de un caballero que responde, cuando le parece, al nombre de Salvador, me he visto en el trance de leer un artículo de 622 palabras, en el que el término “experta” aparece en cuatro ocasiones referido a la misma persona. Esta persona, al parecer, es “wedding planner” en Spain. Bueno, pues “the wedding planner spanish expert” (en adelante TheWePlaSpEx) da una serie de consejos, sin duda utilísimos, para organizar una boda en el corto espacio de 12 meses, que como espero que todos sepamos no es espacio sino tiempo.
El artículo comienza su último párrafo refiriéndose a su propio contenido como “detallada guía”.
Doy por hecho, que todos estaremos de acuerdo en que es requisito indispensable para este evento -llamadme antiguo- tener una pareja con la misma voluntad que tú (y ya luego descubriremos que con intenciones opuestas). Si eres sológama, sológame, sológami, sológamo o sológamu, la cosa se simplifica, ya que el proceso de toma de decisiones debería ser de menor complejidad (aunque vaya usted a saber).
Veamos, según la TheWePlaSpEx (en adelante, TheWePlas) los dos primeros meses se van en establecer “fecha de la boda, si será civil o religiosa, encontrar la finca, el presupuesto y hacer una estimación de cuántos invitados habrá”. Dos meses, el tiempo vuela.
Nos queda ya un suspiro de 10 meses para concretar el resto.
En la siguiente fase, otros dos meses, “habrá que empezar a elegir el DJ, el fotógrafo y el videógrafo”. También “concretar el catering y comenzar a pensar en los anillos, además de definir quién se encargará del maquillaje y peinado. Es más, no se puede olvidar un detalle clave: el papeleo legal”. Que angustia, esto es un no parar.
Continua la cuenta atrás. ¡Qué nervios!, ¡qué tensión! Toca ahora “definir la música, buscar el traje de novia y contactar con el florista”. Esta tercera fase con tanto trabajo por hacer, en que se suman estos elementos esenciales para dar un toque único a la celebración, llevará 3 meses. Los hombres que leáis esto no os habréis dado cuenta de que no tenéis presencia aún. Y no os dais cuenta porque no os fijáis en los detalles. ¡Caramba!, que sois unos gañanes (el cuerpo me pedía aquí un más que clásico ¡coño!, pero por no ofender…).
Llevamos 7 meses. En 7 meses se rodaron “Lo que el viento se llevó” o “Lawrence de Arabia”. Trabajos más sencillos y menos estresantes.
Tictac, tictac, tictac, …, solo faltan cinco meses. En esta nueva fase, según TheWeplas (en adelante, TheWeP) parece que comienza el trabajo de precisión: complementos del novio, invitaciones, decoración y tarta. Esto nos llevará otros 3 meses. Es un sinvivir. El traje del novio no aparece todavía.
A 60 días vista se envían las invitaciones (permitidme aquí una pequeña anotación personal a tan detallada guía: ¡ojo a Correos!) y se organizan las mesas (un trabajo “bastante duro”). 30 días de sobrehumanos esfuerzos de nuestra TheWeP (en adelante, TheW) liquidarán esta fase.
Queda un mes, y parece que es ahora cuando el estrés puede hacer acto de presencia. Pero si tiene una TheW (en adelante, Tehache) no necesitas psicólogo para manejar la situación: calma y concentración: recuento final de invitados y últimas pruebas de los trajes (en el caso del novio será rápido, deduzco que es un traje viejo con complementos nuevos). ¡Relax! Confía en tu Tehache.
Conozco personalmente a muchos y muchas (¡que Dios me perdone la repetición!) que tomaréis esto a chufla. Pero una correcta planificación es esencial para que las cosas salgan bien. Un ejemplo: la planificación del Desembarco de Normandía duró unos 9 meses. No es cosa baladí.
Ya que estaba con el asunto de las Tehache (en adelante, Teha) he curioseado en internet varias webs. La inmensa mayoría de Tehas son Tías. Y son, de media, creativas, soñadoras, originales, auténticas, … , hasta he visto una que afirma haber nacido con el fin principal de ayudar a parejas que se casan (una vocación, aunque rara, temprana).
En mi indagación sobre las Tehas he leído otro artículo de exactamente 1.076 palabras, en que se escribe hasta en 13 ocasiones en nombre de pila de una tía Teha. He aprendido mucho sobre este complejo tema, pero me voy con buen sabor de boca y latidos de alegría en mi maltrecho corazón con la conclusión de este artículo: las Tehas -dice- “no son hadas madrinas aunque a veces lo parezcan porque solucionan todo y llenan de magia las bodas”.