Autor Ricardo Vidal López

Matar a un ruiseñor (“To kill a mockingbird”). Robert Mulligan, 1962.

‘Matar a un ruiseñor’ es una poderosa metáfora sobre la intolerancia, narrada desde la mirada inocente de una niña. Atticus Finch personifica la integridad y dignidad, mientras la película retrata ejemplos de heroísmo cotidiano y lucha contra el prejuicio. Más que una película de juicios, es un testimonio de la búsqueda de la justicia en un mundo marcado por la injusticia.

Los pájaros (“The birds”). Alfred Hitchcock, 1963.

‘Los Pájaros’ de Hitchcock es una obra maestra que entrelaza la tragedia griega, la incomunicación y el absurdo. Con un suspense magistral y una transformación de personajes, desafía las convenciones del género para ofrecer una experiencia cinematográfica inolvidable.

Generosos, altruistas y mamones.

Titular ABC: «Un niño que bebe leche materna será un adulto generoso y altruista». Esto lo dice una individua, Laura Gutman, de quien se afirma en su web que es “argentina, terapeuta familiar y escritora”. Es lo que tiene Argentina,… Seguir leyendo →

El buen pederasta.

El arresto de Roman Polanski reabre el debate sobre la ética en el arte y la responsabilidad personal, mientras la solidaridad artística se enfrenta a la justicia. El caso refleja dilemas morales sobre el abuso sexual y la impunidad en la industria del entretenimiento.

My fair lady. George Cukor, 1964.

Dirigida por George Cukor y protagonizada por Audrey Hepburn y Rex Harrison, ‘My fair lady’ es un clásico del cine musical que cautiva con su encanto y sofisticación. Basada en la obra de George Bernard Shaw, esta adaptación deslumbra por su brillantez en el vestuario y la dirección, mientras ofrece una mezcla irresistible de comedia romántica y crítica social.

Las cuatro plumas (“The four feathers”). Zoltan Korda, 1939.

Dirigida por Zoltan Korda, ‘Las cuatro plumas’ es una película que transporta al espectador a una emocionante aventura épica, donde el honor, la lealtad y el amor se entrelazan en medio de las guerras coloniales. Basada en la novela victoriana de Alfred Edward Woodley Mason, esta película captura la esencia de la narrativa original con una trama cautivadora y personajes memorables.

Testigo de cargo (“Witness for the prosecution”). Billy Wilder, 1957.

En ‘Testigo de cargo’, Billy Wilder demuestra su maestría al combinar suspense, intriga y humor en una adaptación magistral de Agatha Christie. Destacan las actuaciones brillantes, especialmente la de Charles Laughton como Sir Wilfrid, y el guión milimétricamente trazado que mantiene al espectador en vilo hasta el sorprendente final.

Centauros del desierto (“The searchers”). John Ford, 1956.

Este texto ofrece una apasionada reflexión sobre la película “Centauros del desierto”, dirigida por John Ford, uno de los grandes clásicos del western. El autor elogia la maestría de Ford en la dirección, la profundidad de los personajes, especialmente Ethan Edwards interpretado por John Wayne, y la riqueza temática de la película.

¡Más madera!

¿Por qué la valentía de anunciar ahora la subida de impuestos? Con ZP contrarrestando los hechos nacionales con su importante papel como líder global. Cuando Salgado acaba de volver del G-20. […] Todos hemos oído hasta el hartazgo eso de que la subida de impuestos la soportarían principalmente las rentas altas. Jeje. […] Pero por Dios, que dejen de llamar solidaridad a algo que se hace por la fuerza: por Ley. […] Y mientras se produce todo esto el país está sumido en un profundo debate sobre las fotos de las hijas de Zapatero. Qué casualidad.

¡Señor, qué tropa!

Cada día más tengo la impresión de que nos gobierna gente que sabe mucho de muchas cosas, pero ignoran algunas otras, que, en mi opinión, son muy importantes: sumar y restar. […] ¿Y sabéis una cosa? ¿De la que estoy hasta la mismísima punta? De que hagan reflexiones. Por ejemplo, José Blanco, Ministro de Fomento: lo de la subida de impuestos era una ‘reflexión personal’. Pero para genialidad lo que ha dicho hoy: ‘Los que cobran 50000 euros, como yo, no son necesariamente ricos’. […] Otra noticia muy buena es que ZP se ha comprometido a ser ‘pedagógico’ cuando explique al sufrido pero solidario ciudadano el asuntillo de la subida de impuestos. O sea, que de nuevo nos tratará como a tiernos infantes.

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