Estoy siguiendo con bastante interés este asunto porque me parece básicamente revelador de un par de cosas: primera, hemos perdido el sentido del humor, y segunda y quizá peor, a todos parece gustar eso de movilizarse por cuestiones de identidad local, que yo, por más que me esfuerce, no soy capaz de entender sino como la cara más fea del catetismo. El chiste en cuestión podrá ser de mejor o peor gusto, pero, joder, cómo les gusta a algunos azuzar al pueblo para salir en la foto.
El Consistorio ha anunciado que tomará todas las medidas y acciones oportunas «PARA DEVOLVER LA DIGNIDAD QUE LA PELICULA PRETENDE ARREBATAR AL MUNICIPIO», al tiempo que exigen a los responsables del film la rectificación pública oportuna y «LA INMEDIATA RETIRADA DE LA FRASE QUE HA OCASIONADO ESTE AGRAVIO HACIA CORIA Y HACIA ANDALUCIA». Aquí hay una cosa más que no termino de ver clara: si la frase en cuestión es sobre la mujer de Coria, ¿porqué el agravio es para Coria y para Andalucía?, ¿porqué no sólo para Coria?, ¿porqué no para Coria, Andalucía y España? He dicho que no la veo clara, sin embargo la huelo perfectamente: huele a estiércol.
En Comunicado Oficial, el Ayuntamiento advierte que «NO VA A CONSENTIR OFENSAS QUE MANCHEN LA IMAGEN DEL MUNICIPIO EN GENERAL Y DE LA MUJER CORIANA EN PARTICULAR, ENTERRANDO SU PRESENTE Y SU FUTURO», «MÁXIME, CUANDO NUESTRO MUNICIPIO ESTÁ REMONTANDO Y TIENE GRANDES EXPECTATIVAS, AVANZANDO EN SU ECONOMÍA, IMPULSADO POR ESTE GOBIERNO, LA CREACIÓN DE EMPLEO Y LA CONSOLIDACIÓN DE SU IMAGEN INTERNACIONAL». Esto último me resulta de particular interés, porque parece decir que en otro momento quizá se hubiera podido tolerar pero ahora, cuando Coria está saliendo de la crisis, no. Se ha convocado manifestación y en la redundancia habitual lectura de manifiesto que exige a los responsables de la película la rectificación pública oportuna y «la inmediata retirada de la frase que ha ocasionado este agravio hacia Coria del Río y hacia Andalucía». «Lamentablemente, se ha utilizado al pueblo para la chanza y la degradación, manchando su imagen y convirtiendo el film en una ofensa hacia la mujer andaluza en general, así como hacia la coriana en particular». La concejala del ramo –Igualdad, naturalmente- afirma que esto «es un atentado grave a la dignidad de todo un pueblo».
A toda esta zarabanda de idioteces debemos sumar algunas que se deducen de sus fundamentos: no contar chistes de catalanes, ni de vascos, ni de gallegos, ni de rubias, ni de mujeres, ni de curas, ni de enanos, ni de nada, cojones, que todo el mundo tiene dignidad, de ésta a la que se refieren estas buenas gentes y que yo no sé en qué consiste, aunque no tenga una Concejala de Igualdad a mano. La película 8 apellidos vascos es un insulto absoluto a vascos y andaluces. ¿Recordáis los chistes de leperos? Si alguna vez has contado uno o te has reído con él has atentado gravemente contra la dignidad de un pueblo, has degradado a todo un pueblo, al andaluz en general y a Lepe en particular.
Salvando las distancias, que son gigantescas, y por supuesto los instrumentos para mostrar el desacuerdo, que son aún mayores, lo cierto es que hay un cierto parecido entre esta forma de razonar sobre la dignidad de un pueblo y otras que vemos con frecuencia sobre la dignidad de la religión. ¡Ojo!