Me entretengo bastante últimamente (los últimos 30 años aproximadamente) deteniéndome en lo que está oculto en los textos. Cuando alguien pone texto en negrita es para llamar la atención sobre esa cuestión. Y en el primer párrafo aparece en negrita “el machismo siempre es muy gráfico en sus juicios” y “prejuicios”. En segundo término queda el texto no remarcado, que según como lo utilicemos puede ser potenciado por esas “negritas” (y disculpadme que no utilice la expresión “afroamericanas jóvenes”).

Cualquiera que se detenga a pensar un par de minutos se podrá dar cuenta de que cualquier “-ismo” obtiene “de hecho gran parte de su capacidad” de “los prejuicios creados con su cultura” (=argumentación), “los cuales anticipan la realidad deseada para garantizar el resultado”. Si sustituimos “machismo” por cualquier otro término la frase seguirá teniendo el mismo sentido.

“Juana Rivas está condenada desde el primer día” “sin necesidad de que haya sentencia alguna ni presunción de inocencia que la ampare”. Podríamos ser generosos y decir que esto es una verdad a medias. Sin embargo, prefiero, en esta ocasión, ser preciso a generoso: ambas afirmaciones son falsas. Hay una Sentencia Judicial en Italia y otra en España. Pero es que, además, se le imputan nuevos delitos, como el de sustracción de menores. Habrá que esperar a que se sustancie el proceso judicial que corresponda. Lo que sí queda claro es que al haber hecho de su caso un espectáculo público, a día de hoy todo el país sabe, porque así, además, lo ha explicado su asesora jurídica, que Doña Juana –y ahora sí seré generoso en la expresión- ha puesto distancia entre los menores y la Autoridad Judicial.

Es acomodaticio para el discurso del artículo afirmar que “el contexto de significado que crea el machismo hace que Juana Rivas sea considerada como una mala madre y una mujer perversa por intentar alejar a sus hijos de un padre maltratador” pero vuelve a quebrar el cable de conexión entre los hechos y la verdad. Este caso ha polarizado a la sociedad española, y aunque hay mucha gente que afirma eso hay tanta o más que afirma lo contrario. En cuanto a los estereotipos hay tantos por una banda como por la otra; y ya sabemos, o debiéramos saber, que los estereotipos, como el mito, esconde algunas realidades entre un montón de exageraciones y falsedades.

Que haya quien piense que “Juana Rivas ha interpuesto una denuncia falsa para “beneficiarse” pues es cierto. Y pudiera ser cierto o pudiera ser falso. También hay quien piensa lo contrario. Unos y otros parten exactamente del mismo conocimiento: lo que ven en los medios y redes. Pero para eso precisamente está el sistema judicial, como bien debería saber el antiguo Delegado del Gobierno para la Violencia de Género.

Que haya quien piense que “no hay violencia porque “Juana volvió con su marido tras la condena por maltrato” o porque “no denunció antes”, pues seguro que lo hay, pero es otra cuestión que se dirimirá en el Juzgado: así es la Ley. También hay quien piensa lo contrario. Y unos y otros, de nuevo, parten exactamente del mismo conocimiento: lo que ven en los medios y redes.

Que algunos “niegan la violencia por la conducta y actitud de Juana, y no se cortan en juzgar sus decisiones y su vestimenta, cuestionándola porque aparece “arreglada y maquillada” es un hecho contrastable en las redes sociales. Sé que me repito, pero también hay quien piensa lo contrario. Etc.

“Y todos estos elementos influyen en la sociedad y en quien aplica el Derecho”. Y esto sí que lo suscribo al 100%. Porque sólo puedo entender que el Juez de Guardia decretara libertad provisional sin medidas para una persona que no sólo ha huido de la Justicia, sino que además continuaba –y continua- sin dar el paradero de los menores.

Enlace: Juan y Juana.