Decía Wittgenstein que la labor de la filosofía era enseñar a la mosca a salir de la botella. Más modestamente digo yo que la política, sobre todo aquí en Andalucía, parece convertir a los ciudadanos en moscas y a los políticos en botellas.
Vemos ya a Susana adornándose, cual Afrodita, con la faja del progresismo ante la cual todos se prosternan, y de entre los numerosos genuflexos nacerán nuevos e inexpedientados gobernadores. Algún inocente optimista hay por ahí que ha dicho que la in pectore es el referente de la nueva política. ¡Madre de Dios!, o sea, ¡la Virgen! El optimista es secretario general del PSOE de Almería, y a pesar de sus buenas intenciones, parece andar un poco confuso ya que ofrece “un compromiso firme de todos los socialistas de la provincia de trabajar junto a ella para que Andalucía continúe avanzando por el camino que abrió Griñán en sus años como presidente”, que es precisamente la huella que la presidenta in pectore –en adelante PIP- pretende borrar a toda prisa.
Camino nuevo, tiempo nuevo, relevo generacional son nuevos mantras del socialismo andaluz. Aunque no deja de ser gracioso que en la mesa presidencial del comité director y de la ejecutiva veamos los rostros cincelados de Griñán o Amparo Rubiales, secretario general y presidenta del PSOE Andalucía.
Dice la Ejecutiva del PSOE-A que la PIP representa un cambio generacional, de género y de enfoque, aunque yo añadiría que desgraciadamente no hay cambio de número, que seguirá siendo el de la cabra: otra vez nos han dicho que cambiará el modelo productivo y que tenemos que tender puentes con todas las fuerzas políticas y con los agentes económicos y sociales para crear grandes acuerdos de estrategia económica, de creación de empleo y de lucha contra la exclusión social”, blablabla…
Visto por cualquiera que no sea militante oficialista del PSOE Susana Díaz representa exactamente la continuidad con Griñan, ése magnífico presidente –según Mario Jiménez- que ha conseguido que Andalucía sea el único territorio de España donde sigue manteniéndose el Estado del Bienestar”. Leer los blogs de los políticos es un buen ejercicio mental, nos permite averiguar qué cantidad de cinismo ajeno somos capaces de tolerar.
Personalmente estoy hasta las gónadas de tanto género y de tanta tontería, y sobre todo de tanta falta de escrúpulos. Los trinos de Amparo Rubiales en la presentación del Comité Director del PSOE-A han olvidado todos aquellos mensajes que durante las primarias de pacotilla de hace un mes intentaban desmentir que la PIP fuera la candidata de Griñán, y que Griñán estuviera dirigiendo todo hacia el Delfinado de Susana. Y así la imprudente Amparo, con la boca llena de progresismo y feminismo, ha reiterado la voluntad de cambio, de ese cambio “que Griñán ha querido que tenga nombre de mujer”.
Mario Jiménez me va pareciendo cada vez más un charlatán de la misma hornada que Leire Pajín. Hoy ha afirmado sin inmutarse que “mujer y socialista suman siempre igualdad”, algo que contradice la historia del PSOE, pero da igual, hoy es día de cuentos chinos.
Las propuestas iniciales de la PIP me parecen de momento profundas, por la profunda irrelevancia de sus enunciados: reforma de la Constitución (“no como en agosto de 2011, donde nos equivocamos”), movilizaciones, recuperación de la confianza en la política, prestigiar la política, y ,como diría uno que yo me sé, dos huevos duros.
Partiendo de donde parte este “tiempo nuevo” –unas primarias sin voto y una presidencia sin elecciones- será difícil esa recuperación de la confianza y el prestigio.